Sintiéndome energética y un poco frustrada por las cosas que ocurren en mi entorno inmediato, decidí dejar de dar consejos para otro día y ser más práctica.

Esta mañana me paré frente al espejo, me mire y de pronto di un grito amenazador acompañado de movimientos de brazos y piernas e inicié “El Haka” – el baile ancestral de guerra del pueblo Māori de Nueva Zelanda – y mirando fijamente al espejo dije:

“Ringa pakia, Uma tiraha, Turi whatia, Hope whai ake, Waewae takahia kia kino hoki” — (Inspirado en el artículo Lorena Hoy: “El Arma Secreta de los Maorís” .

Terminé mi baile Haka haciendo un gesto de degollamiento con mi dedo indice cruzando el cuello y listo.

De pronto empecé a sentir la savia circular por mis brazos y piernas oxigenando mi cerebro y brindando el elemento vivificador que tanto necesita mi sonrisa y terminé “El Haka” dispuesta a volverme más sabia.

Inspirado en el artículo Lorena Hoy: “El Arma Secreta de los Maorís)