Pon el auto en neutro para que se vaya solito – siempre decía mi padre cuando se dañaba su Jeep y ahora que estoy de visita en mi ciudad natal después de tantos años, encuentro a mi padre con el mismo problema, pero ahora todos en mi familia han aprendido a empujar para que así pueda mi padre llegar a su objetivo.

Nunca he entendido el por qué mi padre ama tanto ese Jeep, pero  para él es la mejor decisión de su vida y  lo va a tener hasta que muera.

Conociendo a mi padre nunca cambiará esa carcacha y es por eso que mi familia decidió mantenerse en forma por si les toca empujar y siempre tienen a la mano las oraciones precisas para así poder salir de esos aprietos.

Toda la ciudad conoce a mi padre, seguramente porque alguno que otro lo habrá auxiliado o simplemente porque lo han visto con su característica cara de amargura sumergido dentro del capó del Jeep en alguna otra calle de mi ciudad. Mi padre es un hombre inteligente y trabajador, y es por eso que todavía no entiendo porque insiste en tener ese destartalado vehículo que lo que hace tanto sufrir.

Todo es cuestión de aprender el truco – dice mi padre como todo un experto- se pone en neutro, se le aprietan unos cuantos tornillos, se empuja y el auto se va solito– termina su explicación ante la mirada atónita de las personas que le pregunta sobre su destartalado Jeep.

La historia de mi padre me ha puesto a reflexionar sobre cómo muchos de nosotros los que vivimos en los EE. UU. a veces sentimos que vivimos en neutro; sin pensar mucho, dejando que la vida transcurra solita, sin detenernos a contemplarla ni disfrutarla. El sueño americano es el destino final, no importa el camino ni el precio que se tiene que pagar para conseguirlo.

Esta obstinada idea se parece a la de mi padre con su bendito Jeep, pero la diferencia es que muchos de nosotros no contamos con el apoyo de la familia que pueda ayudar a empujar para así poder llegar al objetivo final.

Artículo publicado en Mujer Latina Blog el 27 de Junio del 2007