En honor a la llegada de los Beatles a iTunes

Hace tiempo que no sé de Miguel  Antonio y de la nada apareció para invitarme a tomar un café para hablar de un proyecto que quiere que hagamos juntos.

Miguel Antonio es un hombre contemporáneo que siempre esta a la moda y al día con los avances tecnológicos. Ver a Miguel Antonio es como ver un modelo de Versace o uno de esos personajes futurístico de las películas de ciencia ficción.

La última vez que lo vi tenia una chaqueta roja de cuero, zapatos puntiagudos y una camisa estampada con letras y casi ni hablamos porque estaba encantado mostrándome lo maravilloso que era su iPhone,  porque según sus propias palabras: “en el iPhone se encuentra todo lo que necesitas.”

Nos quedamos a reunirnos en el Starbucks y decidida a demostrar lo contemporánea que también yo soy, me vestí con mi bufanda rosada que es el único alarido de moda que tengo en mi closet.

Sintiéndome como una modelo de Versace llegué a Starbucks curiosa por conocer los planes de Miguel Antonio.

Entré y estaba ahí, sin chaqueta de cuero roja ni zapatos puntiagudos ni el look de Versace. Al contrario, Miguel Antonio se veía como un fanático de los Beatles  en los tiempos de hippies y mi amigo se veía como si acabara de salir del concierto de Woodstock 1969

Cabello largo, jeans de bota ancha, camisas floreada, zapatos anaranjados y una chaqueta, que era entre marrón y verde militar, que seguramente tuvo mejores tiempos.

Me sentí fuera de pote, mejor dicho, fuera de siglo. De un jalón me quité la bufanda que me estaba asfixiando y le pregunté medio asustada: ¨¿Qué te pasó? ¿Por qué te ves tan sesentoso?¨

Para mi sorpresa, me dijo que no lo llamara Miguel Antonio sino Jack.

¨Lorena, los tiempos han cambiado y no quiero un nombre largo, quiero un nombre corto, sencillo, directo y que demuestre mi nueva filosofía de la vida. En otras palabras, menos Versace y más Happy con las cosas simples de la vida.¨-  me dijo con la mirada de un hombre que ha caminado por la vida.

¨Pero, ¿Yack?”– le pregunté con mi acento hispano y tratando de convencerme a mi misma – ¨bueno al menos ese nombre suena interesante y es muy artístico.”

De su bolso de tela sacó su libreta para empezar la reunión, pero como típica mujer curiosa le pedí que me explicara mejor eso de su nueva filosofía, ya que viendo su atuendo, era una filosofía más vieja que él.

¨Lorena¨-  respiró Jack y me dijo seriamente – ¨lo que pasa es que la recesión económica ha tocado mi puerta y he tenido que reinventar mi vida, y gracias a las tiendas de segunda mano, he podido encontrar la nueva manera para sobreponer mi situación emocional que, honestamente, nos tiene a todos por el suelo. La recesión mundial nos ha pegado a todos, pero hay que buscar la forma de seguir adelante. He tenido tiempo de hacer una profunda introspección y he podido redefinir lo que realmente me hace feliz. Como puedes ver, ahora mi look refleja mi espíritu de libertad, amor y paz que emana de mi ser,¨

Medio sorprendida le pregunté: ¿Pero todo eso lo encontraste en una tienda de segunda mano? ¿A cuál fuiste? ¿Me puedes dar la dirección?

Resignada le comenté que últimamente también yo me he sentido un poco sesentosa, no es porque he cambiado la filosofía de la vida, sino por culpa del bendito termostato de mi casa porque no lo puedo subir más de de los 60F (15C). Es por eso me siento estancada en los sesenta. Si lo subo, las facturas de la calefacción me van a recordar que todo en la vida tiene precio, especialmente la libertad, la paz y el amor que emana de un hogar en días tan fríos como estos.

Tímidamente le pregunté que si en esa tienda podía encontrar ropa de los 80s. ¨Tu sabes¨-e dije – “creo que me identifico mejor con esa época. Además mentalmente puedo sentir el calor de los ochenta mientras estoy viviendo la temperatura de los sesenta. De repente me inspiro y quién sabe, puede que despierte el espíritu rebelde que se encuentra dentro de mi y que está adormecido y congelado por culpa de ese tirano termostato que controla mi vida.

“Te imaginas, Yack”  le dije emocionada –  “yo con guantes rosados y con collares de perlas tal como toda una rebelde ochentosa navegando en la vida como lo ha estado haciendo Madonna por más de 25 años.”

Sonriendo Jack  sacó su lápiz de su bolso y empezó la reunión sin su iPhone porque se dio cuenta que ese maquinita no tiene todo lo que se necesita en la vida ni tampoco te la puede controlar.