Primer día, sonrisa triunfal
Después de llorar por tres días e ir a la playa “La Culebra” hoy les cuento de mi primer día un mi nuevo trabajo. Me senté en mi oficina. Era pequeña, pero tenía una ventana grande que me permitía ver a lo lejos un enorme sauce que movía sus ramas al ritmo del viento.
Saqué de mi bolso un retrato de mi familia y lo coloqué en mi nuevo escritorio. Era una oficina no un cubículo, de pronto me sentí sola y sin el apoyo de mi amiga y compañera de trabajo y de lágrimas; Andrea. Ella se quedó en la empresa de Finn y yo comencé esperanzada de una nueva vida sin fin.
Tomé mi carpeta y mi libreta de notas, me alisé mi falda, me coloqué mi blazer y me dirigí a mi primera reunión de trabajo. Caminaba como si cada paso lo tuviera que arrancar desde las raíces y me sentía tan pequeña, tan insignificante y con unas enormes ganas de dejarme llevar por el viento.
Entré en la reunión y noté que sentados en una gran mesa ovalada se encontraban ocho personas entre hombres y mujeres concentrados miraban fijamente sus teléfonos móviles. Todd, mi nuevo jefe, me presentó como la miembro del equipo de Inteligencia de “Hispanic Marketing” me dieron la bienvenida y yo los saludé asintiendo con mi cabeza
Claire, la gerente de mercadeos de medios, una mujer alta y con voz fuerte y muy segura de conocer a fondo todo lo que es hispanos y sobre el mercado hispano. Me miró y con una actitud altiva y arrogante, empezó su presentación.
Más hablaba, más obsoletas se veían sus ideas. Su visión del mercado hispano era sin pasión etiquetado con la vieja solución de “one-size-fits-all” y mostrando que no tenía conocimiento de la experiencia social del “Latino Shopper”. Habló como una gran cosa, que había logrado un contrato entre su cliente y un medio de comunicacion tradicional en español para llegar al mercado hispano de los Estados Unidos.
Tosí para disimular mi indignación al saber que lo que ella había logrado era un contrato con un medio que ve a los hispanos a medias, que nos ven monolingües y excluyen a los que no hablan español y son también hispanos.
Es medio mensa pensé porque si viera los estudios más recientes sobre los medios entenderá que los hispanos no estamos tan atrasados en la tecnología móvil y digital, y que gracias a los medios sociales hispanos, la información se ha democratizado y ahora los medios ahora no son nada a medias sino medios completos.
De pronto me llené de valor y le pedí que me explicara mejor su propuesta para tan importante cliente.
No le gustó mi pregunta. Me miró medio molesta y viendo su silencio decidí hablar sobre cómo la revolución “social-digital-mobile ha ayudado a los hispanos a adquirir teléfonos móviles a precios accesibles y que el uso del internet móvil y los medios sociales, no sólo están continuamente en contacto con su familia y amigos, pero les ha permitido ser más sociable y estar informados 24/7. Les comenté que estabamos viviendo un “shift” de los medios tradicionales a los medios sociales visuales. Les mostré los gráficos del “ Pew Research Center” sobre el uso de la tecnología móvil entre los hispanos de los Estados Unidos y compartí la reciente data de “Nielsen” sobre el comportamiento del consumidor hispano o el “Latino Shopper”.
Terminé con la seguridad que no había dejado nada a medias y en silencio me senté pensando que si Claire sabía tanto de los hispanos, entendería que no nos gusta nada a medias.
Todd, mi jefe, me miró y me dijo que le gustaría reunirse conmigo para crear una “campaña video-visual” para un cliente usando medios sociales.
Regresé a mi oficina feliz al ver a lo lejos al tranquilo sauce sonreí al recordar la fábula del roble y el sauce.
Cuantas veces sus ramas se han movido ante los más fuertes vientos y recordé el rostro de Claire, una mujer poco tolerante que sintiéndose como un roble había caído ante una simple brisa tropical.